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Primeras Residencias de Otoño 2023

Las primeras residencias de otoño han sido un encuentro rico y muy provechoso a lo largo de las dos semanas que ha durado el trabajo de las dos artistas que nos acompañaron: Alma María y Begoña Trujillo.

El proyecto de La Casa Móvil y en concreto las Residencias de Otoño han tenido como principal objetivo promover la exploración y la creación artística vinculada a procesos íntimos personales, así como la muestra de los procesos artísticos de nuestras residentes, facilitando espacios de intercambio con colectivos del pueblo que generan sinergias y enriquecen a la comunidad. Nos importa visibilizar el arte contemporáneo en el medio rural más allá de la obra en sí, generando un contacto amable con la naturaleza y un vínculo con las personas más amplio, rico y diverso.

Alma María nos cuenta: «Quiero inventarme en algodonales una despedida que dignifique a lxs bebés que no nacieron y a lxs asesinadxs que no volvieron en verano del 36. Todas las culturas tienen un rito de paso para abrir los duelos. Enterramos a niñxs, perrxs, ancianxs. ¿por qué unas despedidas tienen funeral y honra pero otras no? judtih butler decía que esto mide el valor de la vida en términos capitalistas. Me gustaría inventarme un esbozo de reparación. Deseo atravesar este proceso creativo acompañada porque sola no puedo. Nos resistimos con uñas y dientes a los duelos. Si no hay rito de paso que empuje al inconsciente a acusar la pérdida, puede salir una pena honda que te devore de por vida, una eterna espera. Porque despedirse de quien no ha llegado a irse, no se elige como opción. Además, hay pérdidas en que el entorno calla un «te acompaño en el sentimiento». En ellas, el luto no se entiende y el llanto debe incluso esconderse. Estoy hablando de los duelos perinatales y de las personas que están enterradas en las cunetas ( y no en los cementerios ).

 

Begoña Trujillo nos introduce en su obra de esta manera: Mi propuesta en la residencia era la de trabajar sobre la ansiedad desde las artes plásticas. Por un lado, iniciar un proyecto a través del dibujo y el collage en el que abordar el impacto de la ansiedad en los órganos del cuerpo y, por otro, facilitar un taller de mediación artística para la comunidad de Algodonales. Han sido dos semanas llenas de estímulos y oportunidades en las que he trabajado en una pieza sobre la taquicardia, he impartido un taller sobre la ansiedad para la asociación de mayores activ@s y la asociación ADIAL y un taller de collage para la Asociación La Ventana. Y, en paralelo, he tenido la oportunidad de participar en dos talleres grupales de arteterapia sobre el duelo y la pérdida que realizó mi compañera de residencia, Alma, he recibido una sesión de arteterapia individual que ofrecía Marina dentro de la residencia y uno de los artistas de Algodonales, Carlos, nos regaló una sesión de fotos sobre nuestra estancia en la Casa Móvil y nuestro proceso de trabajo.
El intercambio entre la comunidad de Algodonales y la residencia ha sido muy fluido y ha generado un intercambio de experiencias y emociones, que me han alentado mucho a nivel personal y a continuar con más confianza en la línea de trabajo que propongo.

Ambas artistas nos dejan una reseña sobre su experiencia en la casa:

Alma María: Estuve en las primeras residencias de otoño en octubre del 23. Para mi, desde un punto de vista subjetivo e interno, ha sido una experiencia nutritiva por haber contactado con un ritmo horario orgánico y lento, muy diferente al estrés de la ciudad. También he experimentado mucho sostèn y cuidado humano por parte de Marina y su red (especialmente la Asociación de la Ventana Cultural de Algodonales ). Creo que el soporte es crucial a la hora de atravesar procesos creativos profundos (en mi caso, inventar ritos de paso para duelos desautorizados). Destaco de la residencia el acento en la delicadeza. En cuanto a lo tangible, quiero decir que la montaña está a 10minutos andando de La Casa Mòvil. Y hay senderos increíbles. Algodonales sorprende por la vidilla y por la diversidad de procedencias entre sus habitantes. Las instalaciones de la vivienda son súper nuevas, confortables y no les falta un detalle.

Begoña Trujillo: La residencia artística en La Casa Móvil ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en los últimos años. La casa es cálida, tranquila y polivalente; un espacio abierto, luminoso y alegre que invita a trabajar de manera relajada y a ritmo lento. Me gustaría destacar el acogimiento por parte de la comunidad de Algodonales, y en especial, de la Asociación La Ventana, y la dedicación y sensibilidad de Marina que, de manera tan generosa, ha propiciado tantas oportunidades culturales, de bienestar y de encuentro.

 

 

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