Todo se para. Extrañamente el movimiento externo cesa y nos obligar a frenar nosotras también. Pero se hace urgente aprender a acompañarnos en otros ritmos, desacelerar y acompasarnos. Y llega el momento en el que ya no podemos evitar atender lo interno. Se hace el silencio y sólo podemos escuchar nuestro sonido propio, aparecen los temas que estaban ahí, pendientes, esperando ser atendidos.
A lo largo de estos meses la creación y el movimiento han sido para mí terrenos fértiles que acogían sin miedo todo mi sentir, diverso, fluctuante, intenso, sensible. En contacto con la obra atendía desde el vacío en el papel mi propio vacío. La creación me permitía entrar y navegar sin prisa, esa prisa tan aprendida e instaurada en nuestro día a día. Y a medida que conectaba con esas partes de mí en la obra, las iba recreando desde mi intención amorosa para luego bailarlas y moverlas y despertarlas, dejando aflorar lo que quedaba sin decir, resquicios de dolores antiguos, residuos de procesos que por tanta prisa o por tanta cabeza no llegaron a cerrarse.
La creación me ha llevado a habitarme más y mejor, a recorrer rincones de mi sentir y a construir un sostén nutricio para acoger todo lo que se daba. Sentir mi capacidad de abrazo, sentir mi poder de mujer que asiente respetuosa, que mira sin juicio, que abre las puertas y los brazos, ventila, airea, y habita los espacios que le corresponden.
Crear, crear, danzar, mover, sacar…
El cuerpo como inspiración, la piel que susurra, el espacio que contiene. El color y las formas generan imágenes que recogen lo vivido, lo intuido, lo nuevo también, lo distinto. Las palabras sugieren e invitan, y cuánto! Crear es disponerse a entrar en un mundo simbólico que desde su propio lenguaje completa la experiencia de vida, la hace más plena, amplia caminos, diversifica lenguajes.
Desde el sentir del cuerpo en movimiento no hay confinamiento. Los gestos deshacen los límites, los planos del hogar adquieren una nueva dimensión. Qué atrapados estamos en esa supuesta libertad que la sociedad nos brinda!! En la intimidad de la creación podemos sentir la amplitud y la libertad de ser, más allá de lo impuesto, de lo sugerido, de lo esperado.
En la polaridad libertad-confinamiento nos movemos y nos recorremos para cuestionarnos y recrearnos una y otra vez. Donde el arte y el movimiento me lleva…