La Casa Móvil. El Proyecto.
¿Qué es?
La Casa Móvil es más que una casa, es el fruto de un proyecto de vida, de la voluntad, la confianza y el trabajo, con un foco claro y sentido.
La Casa como templo, la casa como cuerpo, la casa como refugio, como nido, como paisaje, como susurro de una realidad más grande, más amplia.
Y Móvil porque cambia, se transforma, está en movimiento constante, buscando nuevas maneras, reinventándose a cada paso.
EL ARTE, EL CUERPO, LA NATURALEZA Y LOS CUIDADOS. En estos cuatro conceptos se resume la idea de este proyecto. El arte como canal que conecta lo interno y lo externo, que genera espacios de comunicación sentida, que visibiliza la belleza de lo sencillo.
El cuerpo como mapa y territorio fértil, poderoso y sabio, fuente de autodescubrimiento y de disfrute.
La naturaleza como inspiración y recordatorio constante de nuestra pertenencia, la nutrición y la abundancia también materializada en nosotras, del poder de los elementos.
Y cuidado como mantra amoroso, como responsabilidad para con nosotras mismas, como brújula que indica hacia dónde seguir caminando.
Este lugar abre sus puertas para generar espacios de encuentro entre artistas, para democratizar el arte en sus diversas expresiones y acercarlo a todas y a todos, para recordarnos la importancia de los cuidados, la escucha, el descanso, el silencio, la belleza. Este espacio respira, late y sostiene, acoge e inspira. Es una Casa de Artistas en su sentido más amplio y amoroso, porque si algo tengo claro es que el arte y la creación son cosa de todas, algo que recuperar, que incorporar en nuestro cotidiano.
La Casa Móvil es más que una casa, es el fruto de un proyecto de vida, de la voluntad, la confianza y el trabajo, con un foco claro y sentido.
La Casa como templo, la casa como cuerpo, la casa como refugio, como nido, como paisaje, como susurro de una realidad más grande, más amplia.
Y Móvil porque cambia, se transforma, está en movimiento constante, buscando nuevas maneras, reinventándose a cada paso.
EL ARTE, EL CUERPO, LA NATURALEZA Y LOS CUIDADOS. En estos cuatro conceptos se resume la idea de este proyecto. El arte como canal que conecta lo interno y lo externo, que genera espacios de comunicación sentida, que visibiliza la belleza de lo sencillo.
El cuerpo como mapa y territorio fértil, poderoso y sabio, fuente de autodescubrimiento y de disfrute.
La naturaleza como inspiración y recordatorio constante de nuestra pertenencia, la nutrición y la abundancia también materializada en nosotras, del poder de los elementos.
Y cuidado como mantra amoroso, como responsabilidad para con nosotras mismas, como brújula que indica hacia dónde seguir caminando.
Este lugar abre sus puertas para generar espacios de encuentro entre artistas, para democratizar el arte en sus diversas expresiones y acercarlo a todas y a todos, para recordarnos la importancia de los cuidados, la escucha, el descanso, el silencio, la belleza. Este espacio respira, late y sostiene, acoge e inspira. Es una Casa de Artistas en su sentido más amplio y amoroso, porque si algo tengo claro es que el arte y la creación son cosa de todas, algo que recuperar, que incorporar en nuestro cotidiano.
¿De dónde surge?
Muchas veces tenemos proyectos que vienen de mucho tiempo atrás, que se fueron fraguando poco a poco con nuestra historia y que llegan de manera esperada, digamos que se los ve venir. Así es La Casa Móvil. Me costaría definir cuándo y cómo surgió la idea de crear un espacio así.
Es más, creo que no lo decidí, simplemente se fue dando en un movimiento muy orgánico a base de constancia, confianza y amor propio.
Cómo quien reconquista espacios abandonados de sí misma, la creación de una casa tiene que ver con esto, con volver a dar vida a los objetos, reinventar los lugares dormidos, recomponer lo que quedó olvidado y que queremos actualizar en nuestra vida.
Eso es: traer a la vida de nuevo a las paredes que abrazan, la calidez que alienta y acompaña, los colores de antaño, la luz al entrar por las ventanas, las plantas que dan muestra de la eternidad del paso del tiempo. Volver a respirar el silencio, comprender y dar sentido a la soledad, tan real, tan necesaria. Invitar a bucear en lo pequeño, en la belleza del hacer nada, en el diálogo entre las partes, cada una queriendo decir lo suyo, gritar lo suyo.
Este proyecto surge de mi recorrido personal y profesional como artista y terapeuta, cuando me planteo compartir con el mundo lo que habita en mí. Con el mundo, contigo. Gracias a todas las personas que me queréis y que me acompañáis en esta bella aventura.
Muchas veces tenemos proyectos que vienen de mucho tiempo atrás, que se fueron fraguando poco a poco con nuestra historia y que llegan de manera esperada, digamos que se los ve venir. Así es La Casa Móvil. Me costaría definir cuándo y cómo surgió la idea de crear un espacio así.
Es más, creo que no lo decidí, simplemente se fue dando en un movimiento muy orgánico a base de constancia, confianza y amor propio.
Cómo quien reconquista espacios abandonados de sí misma, la creación de una casa tiene que ver con esto, con volver a dar vida a los objetos, reinventar los lugares dormidos, recomponer lo que quedó olvidado y que queremos actualizar en nuestra vida.
Eso es: traer a la vida de nuevo a las paredes que abrazan, la calidez que alienta y acompaña, los colores de antaño, la luz al entrar por las ventanas, las plantas que dan muestra de la eternidad del paso del tiempo. Volver a respirar el silencio, comprender y dar sentido a la soledad, tan real, tan necesaria. Invitar a bucear en lo pequeño, en la belleza del hacer nada, en el diálogo entre las partes, cada una queriendo decir lo suyo, gritar lo suyo.
Este proyecto surge de mi recorrido personal y profesional como artista y terapeuta, cuando me planteo compartir con el mundo lo que habita en mí. Con el mundo, contigo. Gracias a todas las personas que me queréis y que me acompañáis en esta bella aventura.