Mujer Nido, lo formamos un grupo de mujeres naturaleza que nos encontramos con la llegada de una nueva estación para pararnos a sentirnos. Ya la entrada del otoño nos pide que dejemos de seguir el ritmo externo para adentrarnos en un ritmo más propio, más íntimo, más real.
Nos encontramos con muchísimas mujeres que nada más comenzar el nuevo curso tras las vacaciones de verano, nos sentimos atropelladas, atrapadas y exigidas. Y se trata de parar un poco a entender y comprender cual es nuestra manera de afrontar el cambio de estación, qué nos pide el cuerpo, el corazón, qué nos hace bien, que nos llega como cuidado amoroso y qué nos coloca en una posición de exigencia para con nosotras mismas.
Nuestro otoño quiere ser una época de cobijo, de introspección, de mucha creatividad. Nuestro encuentro de Mujeres Nido nos invita a abrirnos a la danza, al movimiento sutil, a la respiración profunda, a sonreírnos ante el sonido de nuestra propia voz. Nos disponemos a observar con atención la naturaleza y sus procesos, sus ritmos, sus cambios. Nos adentramos en la madre natura para escucharla desde dentro y recibir sus mensajes. Caminamos conscientes, presentes, dispuestas a compartirnos a cada paso, a mostrarnos espontáneas, desde el juego, el placer, la curiosidad, el permiso. La tierra nos hace hueco, nos recibe y nos acuna. El agua nos arrulla y nos recuerda lo impermanente de la vida, lo misterioso de lo transitorio… y se lleva lo que ya no sirve. Y desde dentro el aliento que sale de nuestra boca, aire que aligera y eleva al universo nuestros deseos, anhelos y visiones. El fuego nos unifica al centro del centro, alumbrando el sentido de estos espacios de cuidado entre mujeres, para que no lo olvidemos, para que no nos olvidemos de sentirnos.
Mujeres, os esperamos en este encuentro de hermandad y nutrición compartida. Junto a la orilla del río, seremos más ligeras. Os esperamos!!
Marina y Rocío