I Jornada de ARTE-HUERTA

Arrancamos esta Primera Jornada de Arte Huerta con la ilusión de que esta propuesta vaya ocupando sitio y espacio, se vaya asentando poco a poco en la familia que es La Casa Móvil. Hacía ya tiempo que esta idea rondaba por aquí. Estamos en un contexto rural donde la huerta ocupa un lugar importante, aún hoy y a pesar de que es una parcela que ha ido perdiendo fuerza en la vida de los algodonaleños. Pero en mi familia  sigue habiendo huerta y es una extensión de la propia vida, es una seña de identidad, una manera de vivir vinculada a la autogestión, a los ciclos, a la herencia de los antepasados, a la sangre.

Desarrollando un proyecto como es La Casa Móvil en un entorno rural, faltaba esta pata de la mesa. La huerta necesitaba hacerse más presente en este espacio que da acogida al arte y a la creatividad y que quiere incluir el territorio y el contexto, incorporar todo lo que suma, lo que viene siendo fuente de nutrición y arropo emocional para tantas generaciones en este lugar.

Esta idea de Arte-Huerta me venía rondando y cuando pensé en alguien para arrancar este proyecto me llegó inmediatamente a la mente Judith Borobio. Ya nos conocemos de las Primeras MiniResidencias y de ella me atrapó su sensibilidad para conectar con lo sutil y lo importante, para traer al arte contemporáneo los recursos que nos vienen acompañando de por vida y darles sentido. Un sentido ecológico, filosófico y didáctico que nos acerca y nos conecta. Ella es sensibilidad y delicadeza y a la vez me trae lo rotundo, lo claro, lo que Es.

Me gusta contar con Judith en esta primera Jornada porque quiero que, sea lo que sea lo que ocurre en La Casa Móvil, tenga corazón. Así que aquí estamos con este primer encuentro de Arte-Huerta. Una oportunidad para las que vivimos en el pueblo, para recordar y enraizarnos. Y también para todas las personas que vienen de la ciudad a beber de la fuente, a tomar de las raíces la sabiduría que nos hace falta para acompañarnos en el día a día…

Vamos a crear juntas, en la huerta, con sus dueños, los que viven cada estación, cada día, cada noche. Vamos a escuchar sus historias y a dejarnos sentir al cobijo de las sombras y del fluir del agua. Os esperamos!

Marina Ojeda. La Casa Móvil. Algodonales.

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